

Desde que perdiera en su debut en Copa Davis ante Jiri Novak el 6 de febrero de 2004, Nadal lleva acumuladas 19 victorias consecutivas, las últimas diez sin ceder un solo set. A pesar de la lluvia con la que amaneció Sevilla y que dibujó goteras a lo ancho y largo del Estadio Olímpico de La Cartuja, el partido comenzó en horario previsto y con sol intermitente. Quien no titubeó ni un instante fue Rafa, que a pesar de desaprovechar tres bolas de break en el juego inicial se mostró seguro y enchufado, poniendo un nivel de intensidad al duelo que el argentino sólo aguantó tres juegos. Una vez lograda la primera ruptura Nadal, dibujó la mejor versión de su tenis. Con chispa, con confianza, con una derecha que no tiene parangón sobre arcilla. Firmando siete juegos de forma consecutiva y jaleado por un público entregado a la causa, Rafa abrochó la primera manga por la vía rápida.
Silencia al animoso público argentino
El balear se motiva sobremanera cuando juega en y por su país, sólo así se puede justificar el cambio de actitud y sensaciones en su duelo contra Mónaco. Grandes transciones defensa-ataque, golpes profundos para evitar que su rival se metiera en pista, puntos de mira telescópica ajustados a las líneas tanto de derecha como de revés e incluso subidas poco habituales en él a la red. Nuevo break en el cuarto juego del parcial y riendas en la montura de un Nadal que cabalgó con autoridad hacia la victoria. La superioridad era tal que incluso congeló los ánimos de los 3.000 'cancheros' con camiseta albiceleste en la grada.
Nadal no se resintió de los dolores de rodilla que sufrió por la mañana
Mientras Tito Vázquez celebraba cada punto/juego de su pupilo como si fuera un triunfo, Albert Costa
mantenía la calma en la silla, aplaudiendo el buen hacer de Rafa.
Mónaco subió el nivel de su oposición en el tercer acto, pero acabó
hincando la rodilla (literalmente) en el quinto juego, tras encajar dos
puntos de bellísima factura de un Nadal que demostró ser el 'rey de la
tierra batida'. Fue la puntilla a un partido que acabó siendo un
espectáculo.Los brazos al aire de Nadal tras firmar el último punto y llevarse la ovación del respetable no sólo se traducen en el primer punto de la final para la 'Armada' sino una gran dosis de moral para el balear. Llevaba tiempo sufriendo y hoy le tocaba disfrutar... Después de este triunfo, le tocará a David Ferrer poner el broche a la primera jornada. El de Jávea, número 5 del mundo, se mide a Juan Martín del Potro. La Cartuja espera... hay ganas de fiesta
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