
Pasó la Nochevieja solo y recluido en su habitación del hotel Juan Carlos I y pronto se fue a dormir sin haber probado el alcohol, según cuentan los trabajadores del mismo. Este es el día a día de un futbolista entregado a su profesión y que está trabajando duro para integrarse cuanto antes en el equipo. Afellay no quiere distracciones hasta cumplir con el mandato de Pep Guardiola: aprender cuanto antes el castellano y adaptarse al estilo de juego del Barça.
Por eso, todavía Dorien Rose no ha acompañado a su novio en su nueva aventura profesional, como tampoco lo ha hecho ningún familiar del jugador de creencias musulmanas. De la misma manera, tampoco ha buscado una residencia ni tiene coche y los desplazamientos los hace gracias a un trabajador del Barça. Su metódica vida en Barcelona lo lleva desde el entrenamiento al hotel, donde pide que le suban diariamente la cena a la habitación. Su humildad también la extrapola a la comida ya que según cuentan le basta con un sándwich y un refresco.
Afellay ya ha debutado con el Barça, tanto en casa como fuera, y la relación con la plantilla cada día es mejor. Su perfecto inglés le ha acercado a jugadores como Piqué, todo un anfitrión en el equipo y que encima habla el idioma del recién llegado. ¿Hasta cuándo esperará Dorien Rose? ¿Será la distancia el motivo de una ruptura?
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